domingo, 22 de diciembre de 2019

CONOCIENDO A CTHULHU


Cthulhu es una entidad cósmica ficticia creada por el escritor estadounidense de fantasía y terror Howard Phillips Lovecraft y presentada por primera vez en el cuento La llamada de Cthulhu (The Call of Cthulhu), publicado en la revista estadounidense Weird Tales en 1928. Considerado un Primigenio dentro del panteón de las entidades cósmicas lovecraftianas, la criatura ha aparecido desde entonces en numerosas referencias de la cultura popular. Cthulhu es descrito como la convergencia de un pulpo, un dragón y una caricatura de forma humana.


Representación artística de Cthulhu en R'Lyeh
 Se conocen como mitos de Cthulhu al universo literario de horror cósmico (principalmente comprendido entre 1921 y 1935) y desarrollados en torno a Cthulhu por el propio Lovecraft y otros escritores del Círculo de Lovecraft.
Cthulhu es un personaje extraído de la literatura de H.P. Lovecraft. Lovecraft formó, en algunos de sus relatos, una mitología del horror basada en la existencia de universos paralelos y seres provenientes de ellos —entre los que se encuentra Cthulhu— que existieron «antes del tiempo», y cuyo contacto con los humanos tiene terribles consecuencias. Dentro de sus historias, el tema es el caos primordial, y Lovecraft introduce la noción de que todo lo que conocemos tiene sentido únicamente dentro de nuestro espacio-tiempo; cuando ocurre un evento que rompe con el espacio-tiempo comienza la locura.
Dentro de esta cosmología, conocida como los Mitos de Cthulhu, Cthulhu es emblema, personaje central y una de las figuras recurrentes: es uno de los más poderosos y el más popular de todos estos seres, y desempeña un papel central en el relato La llamada de Cthulhu.
Cthulhu es una criatura extraterrestre cuyas características físicas y habilidades hacen de él algo parecido a un dios para los humanos. Sus principales seguidores y sirvientes son la semilla estelar de Cthulhu. En la novela En las montañas de la locura se dice que pequeños retoños de Cthulhu estuvieron en guerra con varias razas en un pasado lejano, en el planeta Tierra. También lo adoran la mayor parte de los Profundos, seres mitad humano mitad batracio, que habitan los océanos. Por encima de los Primigenios están los Dioses Exteriores, aunque el universo de Lovecraft no se presta demasiado a los escalones jerárquicos. Según sus seguidores humanos, Cthulhu es el sumo sacerdote de estos seres.
Se lo describe —precisamente en el relato La llamada de Cthulhu— como "un monstruo de contornos vagamente antropoides, pero con una cabeza de pulpo cuyo rostro era una masa de tentáculos, un cuerpo escamoso que sugería cierta elasticidad, cuatro extremidades dotadas de garras enormes, y un par de alas largas y estrechas en la espalda".Tiene la capacidad de alterar su forma, aunque siempre es básicamente la misma. Su cuerpo escamoso está compuesto por una sustancia distinta a las que se encuentran en nuestro planeta, una especie de masa gelatinosa que lo hace prácticamente indestructible. De todos modos, incluso si su cuerpo físico es destruido por completo (cosa muy improbable), su naturaleza extraterrenal lo haría volver a formarse en horas. Fue uno de los conquistadores de la Tierra y dominó desde las profundidades del océano.
Según la mitología, Cthulhu reposa soñando bajo un sello en la ciudad sumergida de R'lyeh (en algún lugar del océano Pacífico). Espera escapar algún día (el día en que «Las estrellas estén de nuevo en posición») con la ayuda de cultos y sectas para volver a extender su poder sobre la Tierra. A él recitan «Ph'nglui mglw'nafh Cthulhu R'lyeh wgah'nagl fhtagn» que aproximadamente significa «En la Ciudad de R´lyeh, el difunto Cthulhu, espera soñando». 
No existe acuerdo respecto a la pronunciación del nombre. Lovecraft la transcribió como «Khlûl'hloo» IPA [xlulhlu], español latinoamericano «chukhúltu» «jluljlu» o «Kathooloo» IPA [kaθu'lu], español «kazúlu» (con pronunciación ibérica en la z) o «'ku'tuku'looθ». Se aceptan [k.θulxu], [k.tu'lu], [k.θu'lu], [θetu'lu], [θeθul'hu], [ʧulu], ['tulu], ['xhukutulju], [θulu], [kuθulu] o [katulu], [C-tulu], [Khulu't] como pronunciaciones válidas, pero se conviene en que la forma más apropiada de hacerlo no puede ser teóricamente pronunciada por el aparato fonológico humano. La falta de precisión es típica del autor, que hace uso de la ambigüedad, de lo impreciso, de lo magmático en sus descripciones, hasta sugerir el caos, algo que provoca fobia en lo inconsciente.